"Uber me salvó la vida"




Esta es una corta historia sobre una señora que conocí hace pocos días. Fue la persona que me transportó en uno de mis trayectos en Bogotá.  Era la conductora del Uber. 


Generalmente me pongo a conversar con quienes me transportan, y esta vez me llamaba mucho la atención que era una mujer. Una señora de aproximadamente unos 55 años, muy bien arreglada y que visita con algo de constancia el gimnasio, su buen cuerpo da cuenta de eso.


Saludé como de costumbre, tuvimos una breve conversación y de una le pregunté... ¿Y usted, desde cuándo trabaja en esto?, ¿Cómo llegó a este trabajo?, ¿Es permanente u ocasional? Jajajaja, fueron intercaladas, no todas al tiempo. 


Ella me contó que ese trabajo le había salvado la vida después de que su pareja la abandonara por otra mujer y se quedara sola y sin recursos. "Después de 10 años de relación ese hombre me dejó. Sentí que moría, que había perdido toda mi vida, que ya no tenía nada más que hacer. Mantenia encerrada en la casa. Y un día una amiga me dijo que saliera, que para entratenerme pues me pusiera a manejar el carro con las nuevas plataformas y veame aquí" 


Ella me dijo que le gustaba mucho su trabajo como conductora de plataformas, que le permitía conocer gente interesante y ganar  dinero para pagar algunas deudas. Me contó que llevaba cinco años en ese trabajo y que le había salvado la vida. 


Le pregunté por qué y ella me confesó que había pasado por una situación difícil. Su pareja la había abandonado por otra mujer y se había quedado sola y sin recursos. Se había deprimido y había perdido la ilusión por vivir. "Uber me salvó la vida, yo estaba demasiado deprimida y empecé a trabajar en esto, fue un despertar, todos los días conocía gente nueva, muchas historias, he hecho varios clientes, tengo mi horario, y así, aquí se me va el tiempo" Eso me contó.


La pesona que ví, fue a una mujer que se siente bien, alegre e independiente. Me impresionó su historia y su actitud. Le agradecí por compartirla conmigo.


La historia de esta mujer, me recordó que no estamos solos, que siempre hay una luz al final del túnel.  Que se puede caer y levantarnos también.  Que en las cosas simples se puede encontrar un motivo para vivir

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